Mi novia también había visto unos hoteles en Cuenca y se decidió por el Alfonso VIII que vió en una página web y le gustó.
Pude hacer la reservación del hotel por internet sin nungún problema.
El día del viaje nos fuimos a la estación de Atocha pero el trén para cuenca salía a las 12:30 y la cola para comprar los tickets era descomunal, no porque mucha gente fuera a Cuenca, sinó por los demás destinos a pesar de que era Jueves.
Bueno, compramos los tickets para el tren de las 4:00 pm y esperamos en la estación. Ahí comenzó Cristo a padecer. En toda la estación de Atocha no hay un hot spot wifi gratis. Dentro de la zona de embarque, Telefónica tiene un hot spot pero hay que pagar.
Mi novia quería utilizar su e-card para comprar una hora de conexión wifi pero por alguna extraña razón, el sistema de compra del portal de Telefónica no funcionaba, así que ella decidió ir a comprar una tarjeta pre-pago y así poder comprar la hora de conexión.
Ningún establecimiento de la zona de embarque de la estación de Atocha tenía una tarjeta pre-pago de Telefónica, así que nos quedamos sin conexión a internet.
Nos resignamos entonces, almorzamos y nos dispusimos a esperar el tren para Cuenca.
Ya cerca de las 4:00 pm preguntamos en información en que vía estaría el tren. La chica, que de amable ni la "a", nos dice que ella estima que es la vía 15 pero que de todas maneras, eso será anunciado por megafonía.
Pues bién, nos vamos a la puerta 15 a esperar que anuncien por megafonía el tren a Cuenca.
Ya faltando 5 minutos para las 4 de la tarde, extrañado, se me ocurre ir hasta la pantalla que tiene las salidas de Atocha y veo con gran sorpresa que dice "Cuenca salida inmediata". Deosssss!!!! le dije a mi novia que agarrara rápido las maletas que el tren estaba por salir.
Nos dió tiempo a bajar al anden y a tomar el tren, menos mal.
El tren es lo que llaman Regional, feo y viejo por el exterior, menos feo y viejo por el interior, nada del otro mundo. Bién, lo suficiente para viajar como turista por un precio moderado (9.845 € por persona y por viaje).
No teníamos mapa del recorrido y tampoco anuncian la próxima estación, así que tuvimos que estar super pendientes, de paso, las maletas van con uno y llevábamos una maleta bastante pesada, así que se pueden imaginar las peripecias para poner la maleta pesada en el compartimiento que va sobre los asientos.
El viaje transcurrió sin novedad, llegamos a Cuenca en al hora estimada (6:41 p.m.) y cuando bajamos del tren, tuvimos que atravesar las vías férreas. Es normal en esa estación pero a mi no me parece correcto que uno tenga que estar atravesando vías férreas, es que no se puede poner pasarelas?
Cuando salimos de la estación, yo esperaba encontrar una línea de taxis, bueno, no hay!!!, pregunté en una agencia de alquiler de carros por un taxi y me dijeron que era dificil que pasara uno, que tenía que caminar como 3 cuadras para conseguir una línea. Muy apropiado cargado de maletas.
Por mera casualidad, pasó un taxi que llevaba a un pasajero a la estación y fui corriendo a decirle para que nos llevara al hotel. El taxista accedió y listo, llegamos al hotel.
El hotel era el Alfonso VIII, la fachada no es nada del otro mundo, pero queda bastante céntrico.
Nos registramos sin problemas, nos dieron la llave de la habitación y subimos.
La habitación estaba muy muy bién, limpia y con lo necesario, un TV grande con cable, la cama era buena, closet, peinadora, 2 sillas, el baño enorme, suficientes enchufes y lo más importante!!! conexión a internet por cable que funcionaba!!!! increible, en un pueblito en medio de la España profunda, en Castilla-La Mancha, la conexión a internet en la habitación es excelente, rápida y sin problemas, en cambio en Madrid, Deos!!!! es un verdadero peo como lo cuento aquí
Bién, aprovechamos el día, o lo que quedaba de el y nos fuimos a pasear por el casco histórico de la ciudad. Muy bonito, eso si, cuestas realmente inclinadas, pero bueno, es parte del atractivo imagino.
Tomé varias fotos que están en mi galería
Ya cansadísimos, nos fuimos al hotel bajando entre las callecitas del casco histórico, algo muy interesante y un paseo que lo recomiendo.
Al día siguiente nos levantamos mas o menos temprano para aprovechar el dia y pasear bastante.
El desayuno del hotel no está incluido en el valor de la habitación, son 4 € por persona y es tipo buffete all you can eat. Muy bueno por cierto.
El dia transcurrió sin novedad, paseamos, conocimos el resto de las cosas que no habíamos conocido y terminamos cansadísimos en el hotel.
Al día siguiente, el día en que debíamos tomar el tren a Madrid, me doy cuenta de que la hora de los boletos de regeso es a las 6:45 am habiéndole dicho a la chica que nos vendió los boletos que queríamos regresar a las 11:30, bueno, hicimos el checkout, del hotel nos llamaron un taxi y llegamos a la estación.
Solo había 2 personas delante de nosotros pero como si fuesen 10. Una señora quería dejar su equipaje en consigna porque le pesaba mucho y ella quería irse a tomar un café. Deos!!!!! primero para decidirse si pagaba o no la consigna, luego que no sabía como poner la maleta en el locker y el único señor que estaba atendiendo en taquilla tuvo que ir a llevar la señora a la sala de consignas colocarle la maleta etc, dejándonos a nosotros en la cola con cara de ponchados.
Bueno, al final llegó nuestro turno en la taquilla, le expliqué al señor que me habían puesto el pasaje para una hora errónea y sin ningún problema me lo arreglaron y pude tener mi ticket para el tren de las 11:30 a Madrid.
Esperamos en tren y lo abordamos sin novedad y ahora estoy escribiendo esto en el camino.